Corazón descalzo.

Estoy cansada de tener mi corazón vacío,
cuando no hay nada.
O al menos no queda nada.

Nada con que llenarlo, con que tenerlo
satisfecho.
Siempre pide mas cuando hay de menos.
Estoy cansada de mi corazón descalzo,
a medias y sin prisas.

Enero.

Enero es ese mes que te deja sin sentido.

Déjame ser.

Déjame ser,
y se conmigo.

Déjame ser desierto de hielo y oscuridad de sonrisas.
Déjame ENCONTRARME perdida y perderme.
Pues,
demasiado duro es no ser y ser contigo.

Déjame amarte en silencio y con prisas,
déjame despedirme de marzo en mayo y,
echarte de menos tras un agosto sin fiebre.

Déjame levantarme la falda y bailar descalza.
Solo déjame, te pido.
Déjame ser el escalofrío que recorra tu espalda.

Déjame decirte adiós pues se hace dura tu falta.
Déjame ser 15 de febrero. Déjame ser mil adiós y mil besos.
Déjame ser quien soy no siendo.

Te echare de menos siempre y siempre seré de menos.
Os echare en falta, pues mi alma esta oscura,
pero déjame,
que esa oscuridad me acune. 

Déjame dejar de ser y siendo te amare.
Pero te pido, dejadme ser y seré por siempre.

.

Llevo demasiados días perdida.
Las distracciones juegan conmigo y estoy triste sin quererlo,
pero no tengo tiempo para pensar en ello.

El miedo me mira de frente y no puedo evitar agachar la cabeza,
que difícil es ser cuando no eres...
Que duro es mirarse y no querer verse.

Algunas veces dudo y avanzo a tientas, como quien no quiere mirar,
como quien quiere mirar y no puede,
enfrentarse al paso de la vida duele,
pues aun que es cómodo pararse y mirar solamente... te encuentras solo.

No es bueno estar solo, pero a mi me reconforta.
Triste y feliz al mismo tiempo.

No puedo evitar mirar adelante y creer saber ya lo que viene, futuro incierto
casi previsible.
Caí en la cuenta de que me gusta vagar por el abismo.

Es como cuando un ángel es ángel sin querer serlo,
y sus alas que a veces significan libertad lo ahogan y duele.
Y ese ángel camina con ojos tristes por la vida,
con una carga que es demasiado para el.

Y ese ángel pasa entre la gente sin ser visto,
alguna vez se topa con otros ojos tristes que parecen comprenderlo todo.

Mientras solo puede seguir su camino.

solía llover.

Yo que sé, me apetece lluvia.
Me apetece gris en este triste atardecer,
tan bien iluminado.

Agosto es como recuerdo ardiente.

Yo que sé, me apetece ver llover.
Me apetecen tus rizos cuando 
te dejas crecer el pelo.
Me apetece tu mano.
Tu sonrisa.

Yo que sé,
me apetece ver caer las lagrimas de las ninfas.
Y por apetecerme
un buen libro,
un café
y 
olvidarme de tu ausencia
de este triste atardecer.

.

Nos follamos el alma y perdimos el juicio.
Y una vez que pierdes el juicio
ya no hay vuelta atrás.

Como cuando evitas morir de frío.

Como me gustas invierno,
como de frío te siento.
Congelas mi corazón y mi alma y no necesitas
pedir perdón.
Pues te lo agradezco.

Como me gusta lo gris del invierno,
y tus calles Madrid.

No quisiera recordar las veces que hablamos
de reencontrarnos bajo el frío.
Que esta vez no fuese el calor del verano
lo que nos uniese
si no
el calor de nuestros cuerpos.

De estas veces que un abrazo lo es todo.
Y que sin tus morros no soy nada,
bendito el día que cruzaste frente a mi.
Maldito el día que temí perderte.

Pues hoy lo tengo claro y te he perdido.
Desperdicie media vida intentando tenerte
para que no sirviese de nada.

Mas ahora no lo niego
y trece horas al día las dedico a olvidarte.
Ardua tarea que no satisface.

Pierdeme cielo en el frío invierno,
calienta mi corazón con tus dulces manos
déjame llegar a lo mas alto de tu placer
y olvidemos que una vez fue verano.

Tu humo

Me fume las ganas de estar contigo,
y me encontré frente a frente con la soledad.
Me perdí,
y te encontré huyendo.
Te recordé,
y me encontré perdida.
Mis musas, tu humo.
Tu respiración mas intranquila.
Tus miedos, mis temores.
Mis sueños, tus mentiras.

_

Me quede parada en la estación de los recuerdos,
despidiéndome de nuestros momentos juntos.
Uno tras otro van pasando,
tu sonrisa, tus grandes ojos marrones...
tus mentiras.
                                Mis decepciones.

Las mariposas se posan al lado,
parece que entiendan mis 313 días para decirte adiós.
Te estoy pidiendo un favor,
acércate un momento,
quédate, 
despidámonos juntos.

Digámonos a la vez adiós,
porque ya una vez nos dijimos un hasta luego
y no funciono.

Porque yo te quería de más y tu a mi de menos.

Tu vuelta.

Hoy me han dicho que has vuelto.
Le pedí al cielo que no fuese de verdad...
Me gusta más que no estés,
y así echarte de menos
porque el dolor te recuerda que estas viva.

Me gusta más que no estés,
me gusta perderme en nuestros lugares preferidos
y recordarte a solas.

Me gusta más que no estés,
para buscarte en ojos extraños 
que no derritan mi alma sino mi cuerpo.

Me gusta más que no estés,
y gritarle al mundo
que estoy mejor sin ti.

Me gusta más que no estés,
porque así no me recuerdas que
hay otra el fin y al cabo.

Me gusta más que no estés,
cuando el miedo se vuelve en mi contra
y pierdo la cordura.

Me gusta más que no estés,
porque he aprendido a imaginarnos juntos
y es mucho más bonito.